A partir de la pandemia del COVID-19, las empresas a nivel mundial se vieron en la necesidad de adaptarse a nuevas formas de trabajo que tuvieran como prioridad a la salud mental de sus equipos. Si bien queda aún mucho camino por recorrer, el avance en materia de salud y bienestar organizacional ha crecido de forma exponencial post pandemia. 

Ante las presiones de clientes internos y externos, las organizaciones suelen verse obligadas a priorizar cuestiones que en el pasado resultaban superfluas e incluso ajenas al ámbito laboral. En la sociedad occidental contemporánea las personas -y las organizaciones- tendían a considerar que lo económico era el único factor de bienestar organizacional. Se subestimaban incluso necesidades básicas como el descanso, las relaciones interpersonales y el cuidado de la salud. Sin embargo, si observamos desde la óptica de la psicología positiva, el concepto de bienestar está compuesto por cinco elementos: sentido vital; logros; entrega; emociones positivas; y relaciones interpersonales. En este sentido, si queremos darle sentido a nuestra vida, necesitamos también centrar nuestras energías en desarrollar objetivos que nos orienten hacia futuros logros, tener momentos de entrega y vivir emociones y relaciones personales positivas.

Ahora bien, cuando escuchamos las palabras “bienestar organizacional” nos limitamos a pensar que refieren únicamente a pases para gimnasios, sesiones de mindfulness, horarios de trabajo flexibles o espacios de trabajo ergonómicos. Sin embargo, si bien estos son factores que contribuyen directamente en el bienestar de los empleados, debemos ampliar nuestra mirada hacia un enfoque mas integral que abarque la calidad de los vínculos interpersonales como uno de los mayores factores de salud mental en el Ser Humano. 

¿A qué nos referimos con bienestar vincular?

Las relaciones interpersonales son fundamentales para nuestro bienestar integral. Si nos centramos particularmente en los que refiere al bienestar organizacional, las relaciones interpersonales sanas que toman como eje la colaboración, la confianza, el respeto, la empatía y la motivación son esenciales para crear un ambiente de trabajo positivo que beneficie a líderes y equipos por igual y que resulten potenciadoras de crecimiento personal y profesional. 

Además, las relaciones sociales saludables ayudan a crear un sentido de pertenencia y seguridad, a sentirse valorado y aceptado, y por ende constituye un pilar esencial en lo que refiere a la reducción del estrés. En resumen, desarrollar vínculos laborales sanos y sólidos son esenciales para nuestro bienestar emocional, mental y físico.

En este sentido, y teniendo en cuenta que las organizaciones se componen de personas -y que por ende, los vínculos son piezas indispensables en los equipos de trabajo que orientarán el éxito de la organización- debemos tomar en consideración la importancia de trabajar en desarrollar vínculos laborales sanos para que las empresas se vean potenciadas y el bienestar organizacional sea auténtico. 

Fomentando el bienestar emocional

En primer lugar, es crucial reconocer que el bienestar emocional en el trabajo no es solo una responsabilidad individual, sino colectiva. Los líderes juegan un papel determinante al establecer el tono y los valores culturales de la organización. Un liderazgo que promueve la comunicación abierta, valora las aportaciones del equipo y demuestra interés genuino en la salud de sus colaboradores, fomenta un entorno de confianza y motivación que favorece a la construcción del bienestar organizacional. Para los equipos, los vínculos laborales sanos se traducen en mayor cohesión y eficacia. Cuando las relaciones están basadas en la cooperación y el apoyo mutuo, los conflictos se gestionan de manera constructiva y se fortalece el sentido de pertenencia. Esto permite que cada individuo se sienta valorado y respaldado, factores clave para mantener un equilibrio emocional saludable.

Herramientas para gestionar saludablemente

Si bien son múltiples las formas de abordaje que contribuyen a potenciar las dinámicas de equipo y los vínculos, estas son algunas de las herramientas que sin duda favorecen a la hora de trabajar en relaciones dentro del ámbito laboral:

1. Comunicación asertiva

La comunicación asertiva permite expresar ideas, opiniones y emociones de manera clara y respetuosa, evitando malentendidos y conflictos innecesarios. 

2. Práctica de la escucha activa

Escuchar con atención y empatía demuestra interés genuino por las ideas y necesidades de los demás. Evitar interrumpir, hacer preguntas para comprender mejor y confirmar que se entendió correctamente ayuda a fortalecer las relaciones.

3. Reconocimiento y agradecimiento

Valorar los logros y esfuerzos de los compañeros, incluso en pequeñas acciones, genera un ambiente positivo. 

4. Promoción del respeto y la inclusión

Aceptar y valorar la diversidad de opiniones, experiencias y perspectivas fomenta un entorno en el que todos se sienten seguros y respetados. 

5. Dar y recibir retroalimentación constructiva

Una cultura donde todos puedan opinar de forma respetuosa sobre lo que se puede mejorar, sin temor a represalias, fomenta el crecimiento y el aprendizaje colectivo.

En resumen, invertir en el bienestar organizacional no es un lujo, sino una necesidad estratégica para cualquier empresa que aspire a ser sostenible y humana. Tanto líderes como equipos tienen la responsabilidad de construir espacios donde el respeto, la empatía y la comunicación sean el cimiento. Este esfuerzo no solo genera bienestar emocional, sino que se traduce en mejores resultados a nivel profesional y personal.